Probablemente estemos delante de la persona que más sabe de banca de España, una figura destacada en la salud de los bancos; Aristóbulo de Juan.

Este microeconomista como él mismo se define, trabajó en el Banco Popular en distintas posiciones hasta ser director general hasta que en 1978 el Banco de España le llamó para dirigir la operación “Rescate de la crisis bancaria española”.

Aristóbulo tuvo una relación muy estrecha con Luis Valls y nos relata que Valls era enigmático, con ideas muy distintas a los demás que, aunque le costaba convencer a veces a sus equipos, “siempre se salía con la suya”. De Juan lo califica como una persona “con mucho sentido del humor, muy rápido y con una gran intuición y visión de futuro”.

El experto y reputado economista valora notablemente la labor de Valls en el banco, pero también relata que quiso ir más allá al crear FACES (Fomento de Actividades Culturales, Económicas y Sociales), un instrumento para tener voz en la vida pública. Órgano en el que sentó a gente de todas las corrientes e ideologías políticas “gente de derechas, de izquierdas, de centro y liberales”. En este sentido Aristóbulo cuenta cómo Luis Valls, -antes de que se legalizara el Partido Comunista-, escribió una carta al gobierno para que pudiera volver a España Dolores Ibárruri, “la Pasionaria” e, insiste en su relato destacando que a propuesta de Valls, el Banco Popular, en las primeras elecciones democráticas, “financió a todos los partidos políticos” con la bendición de su Consejo y, asegura, “ fue el único que contó con el beneplácito de todos sus consejeros y que recuperó todo el dinero”.

Años después de la transición y en línea con su idea de influir en la vida pública, de colaborar, estuvo presente en las famosas comidas de los banqueros, aquellas que fueron bautizadas como “de los siete grandes”, en las que, según De Juan, Valls “llegó a ser muy respetado y escuchado”.

Aristóbulo lo describe como una persona inteligente y que siempre destacó por buscar estar rodeado de gente “que supiera más que uno”, asegurando que el buen hacer del banco junto con la personalidad de Luis Valls eran los principales atractivos para captar y retener talento.