“Toda mi carrera profesional la hice junto a Valls porque era un líder y compartimos valores”
Llegar a ser vicepresidente de un banco no es algo sencillo y se nota al escuchar el relato de Roberto Higuera. Un profesional que destaca el liderazgo de Valls y la coincidencia de unos valores compartidos fue algo determinante para estar toda su carrera en el banco, en muchas funciones distintas, pero siempre junto a Valls.
Higuera relata no solo la función de banquero, sino de una persona que, además, influía y estaba al corriente de la actualidad política española. Aunque siempre estuvo vinculado y cercano a los avatares de la vida pública, Higuera destaca que fue en los 70 cuando más activo fue, en los años clave de la Transición.
En lo puramente bancario dice “ era un banco muy cotizado” que sufrió muchas agresiones e intentos de compra, algo que siempre Valls defendió porque creía en su modelo de hacer banca y en la innegociable independencia.
Los empleados, en términos generales, estaban muy orgullosos de pertenecer al banco, pero, destaca, la estructura, las sucursales, los directores de las sucursales eran la clave de toda la maquinaria, más allá de altos directivos, afirmando que era una cultura de cliente y es ahí donde el banco era muy fuerte, en el trato directo y pegado a los problemas de la gente para ofrecer soluciones.
Con el mismo tono amable y cercano, Higuera relata la realidad de la Sindicatura, algo que era un mecanismo de organización interno del banco que buscaba refrendar el camino que marcaba la presidencia del banco, en el que, además, había gente de todo tipo y podía entrar y salir cuando quisiera.
Según Roberto, el liderazgo de Valls iba más allá de lo bancario, subrayando el papel filantrópico de las fundaciones que inspiró. Con unos principios muy claros de ayudar pero no de dar dinero a fondo perdido porque “ la gente tenía que esforzarse”.
Higuera y Valls compartían mucho más que la banca, la pasión por la lectura era algo que era común en ambos. Hablaban con frecuencia de autores, se recomendaban libros uno a otro. El salón del propio Higuera es un reflejo de su pasión por la lectura, ya que se cuentan por miles los ejemplares que rebosan su biblioteca.
El directivo termina su relato siendo una persona agradecida a Valls, afirmando que “ Luis Valls es irrepetible”.