BANQUERO
Su gobierno por etapas
Etapa 3
El gobierno de Luis Valls al frente del Banco Popular – Tercera etapa
Estos años transcurren en plena transición política. La inteligencia con que Luis Valls despliega las actividades del banco le proporciona un reconocido prestigio y la presencia en las principales instancias del país. Un dato: en 20 años consiguió que el banco estuviera entre los siete grandes del país.
Para Luis Valls, la transición española fue un reto; de repente, todo se mueve, empezando por el régimen político. El gran cambio se da, no obstante, en 1982, con la victoria socialista. Antes, Valls se había anticipado dando crédito a los partidos políticos, incluido el Partido Comunista.
En los primeros años de la década de los ochenta el banco superó un momento crítico que Luis Valls aprovechó para introducir criterios de gestión de la banca internacional, que era más moderna. Popularizó conceptos como el ROA, el ROE, la eficiencia o el margen sobre activos totales medios, que nadie utilizaba en la banca española. En realidad, esto no era más que un cambio de estrategia para sobrevivir en un entorno hostil. Fue un ejemplo de pragmatismo.
Ese entorno adverso fue creciendo y en los años 1987 y 1988 se materializó que las filiales del banco fueron objeto de un proceso de compra de acciones por parte del Grupo March. Este episodio Luis Valls lo definió –con su habitual elocuencia- como “secuestro y pago del rescate”. El Banco no se fusionó y se mantuvo coherente con una gestión orientada a la excelencia de los resultados, renunciando al tamaño y apostando por la rentabilidad y por el cliente pequeño.
Mientras tanto, Luis Valls siguió tejiendo una malla de seguridad a su alrededor con una Sindicatura de Accionistas más fuerte que le apoyaba, al tiempo que encontraba socios a nivel internacional dispuestos a desarrollar negocios juntos, como Allianz, HypoBank y RaboBank.
Al final de esta etapa, Luis Valls se mostró satisfecho por haber conseguido que el consejo del banco dejase de ser feudo de administradores con ganas de intervenir en la gestión para convertirse en el sitio de los supervisores. Pero la cosa no quedaría ahí, ya que volvió a sorprender al mundo financiero logrando un banco nacional con accionariado internacional y un consejo formado por accionistas que no perciben ninguna remuneración. Esto no se vio entonces en ningún otro banco; no era la norma en el sector, ni mucho menos.
Veamos qué ocurrió en las etapas cuarta y quinta.
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